Debido al estrés de la muerte de su padre, sus hormonas se desequilibraron y Kenichi se convirtió en un monstruo sexual. Su madre vio que estaba agotado por el deseo sexual, por lo que pidió consejo a un especialista. Fue Yuko quien vino a ayudarlo a deshacerse de esa enfermedad, pero parecía que ella también estaba agotada con este joven.